Sería hipócrita, sería absurdo

Sería hipócrita hablar de diseño democrático, y luego pedir cinco o diez mil euros por una matrícula.

Sería absurdo decir que queremos a los mejores alumnos y sólo dar formación en la capital.

Sería contradictorio hablar de cómo los productos digitales rompen las limitaciones del espacio y el tiempo, y después impartir clases a horas fijas.

Sería ilógico enseñar nuevas formas de comunicación y narrativa, y después mantener la típica estructura de una clase presencial.

Sería ridículo hablar de inmersividad en lo digital y que te impartiese la clase un profesor recitando su powerpoint a través de zoom.

Qué incoherente sería que enseñásemos diseño de productos digitales y no fuéramos capaces de mejorar, de rediseñar, la manera en que se enseña online.