Una historia de sistemas de diseño (Parte I)

Madrid, otoño de 2009:

– Javier, qué bueno el trabajo de rediseño que habéis hecho para Minube.

– Muchas gracias, me alegra escuch...

– Pero da un poco la sensación de que todo lo que hacéis se parece un poco ¿no?, los cuadrados y eso...

– Sí, puede ser. Estamos sistematizando el diseño y eso hace que tengamos que trabajar con geometrías más sencillas y evidentes. Para normaliz...

– Sí, bueno, tus cosas. A mi no me parece mal, ¿eh? No es una crítica. Yo creo que ha ganado y se ve todo muy ordenado. Pero es muy Vostok, muy ordenadito, las cajas y eso.

– 🤷🏼‍♂️

Esta era una conversación habitual entre la gente que a finales de la década pasada se sorprendía con el trabajo de sistematización de diseño que hacíamos en Vostok Studio. Minube, Verkami, Filmin, Ducksboard y algunos trabajos de concepto para Movistar o Globalia fueron algunos ejemplos. Al principio costaba explicar las ventajas, unos años después ya nos pedían abiertamente que hiciésemos eso que sabíamos hacer, "lo de la sistematización". Sin embargo, notábamos que faltaba una didáctica, una forma de contar los sistemas de diseño para que todo el mundo pudiera entenderlos.

En 2012 UXSpain me invita a dar una charla en su primera edición y decido que sea precisamente sobre sistemas de diseño. Había que hacerlo. Me daba algo de miedo que no se me entendiese, nadie había hablado de ello en público en el sector digital en España y nadie lo había puesto en contexto histórico. Para contarlo hacía falta explicar los sistemas de diseño en lo industral. De lo contrario el discurso se quedaría en componentización y... ¡Lo que estábamos haciendo era mucho más complejo y profundo!

Decidí titular mi charla "Los sistemas y la belleza", contando cómo ese orden y esa racionalización acercaban el diseño al ideal de belleza moderna, tan limpia, neutra y aséptica. La charla tuvo en general buena acogida y poco más se habló del tema durante algunos años. Yo me sentía un poco el rarito, el incomprendido y hasta pensé que podría quedarse ahí la cosa y que nadie, nunca más, hiciera caso al asunto.

Durante los años posteriores, sin embargo, seguí construyendo con mis equipos y aplicando sistemas en muchos otros proyectos: Sherpa, algún proyecto para Inditex, el rediseño de Filmin (más versátil y escalable), Cabify...

Tuve la suerte de tener en mi equipo a gente asombrosa que llevó los conceptos a muchos otros sitios y equipos. Mark Mackay, María Munuera, Hugo Cornejo, Ricardo Fernandez, Danny Saltaren o Ana de Mata, por decir algunos de la época pre-Tramontana.

Aunque no se hablase de ello en las ágoras del diseño, la industria estaba silenciosamente abrazando nuestras ideas de diez años atrás. También en mi Programa Vostok las clases sobre sistemas de diseño iban convirtiéndose en uno de los temas más demandados y que impregnaban más fuerte a los alumnos. Los primeros años hacíamos excursiones a Ikea para que entendieran los sistemas desde las estanterías Billy hasta todo el conjunto de piezas de almacenaje. En las últimas ediciones mi forma de contarlo había mejorado con muchos más ejemplos y era más sencillo encontrarlos y explicarlos mirando alrededor. Ya no era necesario irse a las afueras de la ciudad para explicarlo; estaban en todas partes.

En los últimos dos años el tema se ha vuelto de escandalosa actualidad. No hay casa de diseño decente en la que no se presuma de usarlos. Todas las compañías quieren tener "su" sistema. Todos los diseñadores quieren contar las piezas de lo que han construido. Aparecen metáforas y vocabularios: átomos, componentes, unidades... Y aunque sigue habiendo despistados que los confunden con el uso de retículas del diseño gráfico, en general hay buen entendimiento del concepto y desde luego mucha aceptación.

Hoy no eres nadie en diseño si no aplicas sistemas. No hay problema en el mundo que no se solucione con ellos. Todos los diseñadores nos hemos vuelto un poquito ingenieros en el camino. Al lado del ordenador tenemos una calculadora y presumimos de ello. En cualquier conversación, foro o hilo de twitter que se precie se desprecia o se descalifica cualquier trabajo digital mediocre aduciendo que no saben aplicar sistemas de diseño.

Sin embargo, en el último UXSpain hubo una charla que sembró en mi una duda. Con humildad y respeto, Wences Sanz, puso en duda la capacidad de los sistemas para lograr algunos objetivos deseables en diseño. Esa charla fue como una piedrecita en el parabrisas de mi entendimiento del diseño.

grieta.jpg

Al principio sólo una marca. A la mañana siguiente la marca se había convertido en una grieta y se había extendido por todo el cristal. 

Continuará...