De Oaxaca a Barcelona

Estos días ando colaborando con mi amigo Mark Mackay en un proyecto y eso, inevitablemente, me potencia la atención hacia todo lo mexicano, como por ejemplo estos preciosos mapas antiguos de ciudades Mexicanas.

Al verlos me he acordado de las clases de sistemas de diseño del Programa Vostok, de cómo hablamos de urbanismo como principal y primer sistema de diseño, si nos retrotraemos a Hipódamo de Mileto y sus teorías sobre cómo ordenar las ciudades.

El caso es que la obra de Hipódamo, padre del urbanismo de occidente, desde El Pireo (que mantiene la planta que diseñó Hipódamo hace dos mil años), alimentó toda la teoría urbanística del medievo hasta llegar a los escolásticos. A Santo Tomás, para ser más precisos, amigo de esta casa.

Un mapa del Pireo, sin apenas cambios desde su fundación hasta la actualidad.

Un mapa del Pireo, sin apenas cambios desde su fundación hasta la actualidad.

Hay una obra fascinante de Tomás de Aquino, titulada De Regimene Principium, traducido como El Gobierno Monárquico, en la que Santo Tomás se marca todo un manual de uso y ejercicio de la monarquía. En la segunda parte de la obra le da instrucciones a los monarcas cristianos acerca de dónde levantar ciudades, cómo construirlas, de qué características dotarlas, etc. Aquí tenéis alguna de las páginas, por si os apetece cotillear y, si os apetece más, una edición completa en latín y castellano.

El 3 de mayo de 1576 (hace 443 años exactos) se publica uno de los libros de diseño más importantes de la historia, si me permitís el símil: Las Ordenanzas de Felipe II. Son un decreto real del que se cuenta que el rey mismo participó en su redacción y que eleva el urbanismo y el diseño de las ciudades (diseño de servicios, ¿hola?) a asunto de elevadísimo estado. Lo titularon "Ordenanzas de descubrimientos, nueva población y pacificación de las Indias"

Igual que las de los mapas con los que abro este post, la mayoría de ciudades del Nuevo Mundo que se fundan tras la ese decreto lo hacen siguiendo pautas muy claras acerca de dónde asentarlas, el tipo de terreno, de clima, la orografía, altura, etc. Se proyectan todas conforme a la lógica hipodámica y en todos los casos se hace de libro. El decreto que se usa se basa en la teoría del De Regimene Principium de Santo Tomás, completado por instrucciones prácticas sobre cómo gestionar los asuntos que tienen que ver con los indígenas, el comercio, etc.

En total, 148 párrafos de los que más de 20 son eminentemente de diseño de ciudades. Aquí mis dos párrafos favoritos:

De la placa salgan quatro calles prinçipales vna por medio de cada costado de la plaça. Las quatro esquinas de la plaça miren a los quatro vientos principales porque desta manera saliendo las calles de la plaça no estaran expuestas a los quatro vientos principales que seria de mucho ynconuiniente.

En la plaça no se den solares para particulares dense para fabrica de la yglesia y casas reales y propios de la çiudad y edifiquense tiendas y cassas para tratantes y sea lo primero que se edifique para lo qual contribuyan todos los pobladores y se inponga algun moderado derecho sobre las mercaderias para que se edifiquen.

Y aquí las Ordenanzas de Felipe II completas, que se leen sin mucha dificultad y que merece mucho la pena.

Felipe II, un tipo culto, audaz y bastante fucker por lo que se comenta.

Felipe II, un tipo culto, audaz y bastante fucker por lo que se comenta.

Estas ideas conectando la retícula hipodámica, a Felipe II, las conexiones de Hispanoamérica y, en definitiva, la historia del urbanismo nos sirvió conceptualmente para desarrollar la identidad de marca de Geoblink, que sigue sirviéndose de esos dameros para dar contexto visual a algunas de sus formulaciones. Me alegro cuando lo veo.

También me alegré la semana pasada cuando Mark Mackay y yo nos movíamos por Barcelona, atravesando calles del siempre cautivador Eixample —otro ejemplo de lo mismo, aunque más reciente— y en silencio pensaba en cómo algunas ideas de diseño son el hilo con el que nuestra historia cose unas telas con otras.