Me acuerdo

Lo he visto ahí al solecito y no he podido evitar volver a hojearlo. Es un libro precioso, como todos los de Georges Perec, que no se comporta como sería normal, haciéndote pensar en las vivencias de otros; igual que hace la música, este libro provoca que mires hacia adentro, que reflexiones sobre tu propia vida.

En “Me acuerdo”, Pérec enumera recuerdos de su pasado sin orden, sin intención, sin tratar de demostrar nada. Te dejo tres ejemplos elegidos al tuntún:

Me acuerdo de que mi tío tenía un 2CV con matrícula 7070 RL2

Me acuerdo de que un amigo de mi primo Henri se pasaba el día entero en bata cuando estaba preparando sus exámenes.

Me acuerdo de un aperitivo que se llamaba “le Bonal”.

Siempre que llevo media docena leídos, empiezo a hacer ese mismo ejercicio casi sin querer, a acordarme del estampado de los sillones de nuestra casa en Barcelona, de una tarde lluviosa en que mi madre se tomaba un café con las amigas mientras yo me aburría o de los cómics de Spiderman que había en una casa que alquilamos una Navidad. ¡Maldito Perec, me está manipulando la mente desde una tumba del cementerio de Père Lachaise de París!

Hace muchos años, a mis alumnos de diseño les hacía leer “Tentativa de agotamiento de un espacio parisino”, donde Perec hace algo parecido: describe, sin pretensión alguna, lo que ve pasar por delante suyo mientras está sentado en una terraza de París: un autobús, una señora con un perro, un vendedor ambulante, el mimo autobús de nuevo… Les pedía a los alumnos que hiciesen ese mismo registro, eligiendo ellos el lugar, como forma de entrenar la capacidad de observación, necesaria para entender la relación entre tarea y contexto de uso en diseño. En primavera repetiré Programa de Diseño de Interacción y creo que volveremos a hacer ese ejercicio.

Memoria y tecnología, qué poco se ayudan, ¿verdad? ¿De qué me vale tener 10 terabytes en el disco duro si no tengo herramientas para conservar mis propios recuerdos, o los de mis padres para que los puedan tener mis hijos?

Ayer te hablé de recuerdos con olor a queroseno y hoy vuelvo al tema porque este puñetero libro se me ha puesto por delante. ¿Quién lo habrá dejado fuera de la estantería? ¿Habrá sido mi yo inconsciente, tratando de provocar que aflore algo enterrado en mi memoria?

Hmmm...

Te propongo un juego, un pasatiempo, un entretenimiento: deja aquí un recuerdo que te venga a la cabeza sin pensar mucho, algo de una o dos líneas, sin reflexión; sólo la descripción, o ni siquiera eso, la enunciación de lo que recuerdas. Insisto, no más de dos lineas. Publicaré todas las que lleguen y seguro que sale algo entretenido, hasta un poquito voyeur. Te pediré una cosa más: cuando dejes tu “Me acuerdo…” fírmalo con tus iniciales y el lugar donde transcurrió el recuerdo, si es que lo ubicas. Debería quedar así:

Me acuerdo de los cómics de Spiderman que encontré en un piso que alquilamos una Navidad.
Barcelona, JCC

Cuando los hayamos compartido, sortearé una copia del libro de Perec entre las personas que participéis, que me apetece regalarlo.

Venga, dale los comentarios y déjanos a todos tu recuerdo.